Un paisaje a la salida del trabajo

Por la tarde,al salir de la maquila después del trabajo,lo primero con lo me topo es con un estacionamiento gigante que me obliga a caminar algunos minutos antes de llegar a la salida,sobre la Avenida de las Industrias.Pero en tanto puedo entretenerme con una vista magnífica, realmente chingona,de los cerros de tierra,piedra y cal que rodean la ciudad.Estoy al norte,casi en la periferia,por el área de Interceramic,a 2 km.del entronque con la calle Homero.Salgo de la planta para cruzar una vieja linea del ferrocarril en desuso y atraviezo un terreno para llegar a la parada del camión.La tierra es roja y al fondo hay mesquites y otras plantas del desierto.La primera vez que hice este recorrido me estremecí de arriba a abajo.Nunca me había dado cuenta de lo hermoso que era.Tuve que irme de aquí y regresar para poderlo ver.Las sensaciones eran conocidas y totalmente nuevas.De golpe la infancia,los terrenos rojos de los partidos de beisbol,los inmensos aironazos de marzo,cuando el aire y el polvo arrastraban las plantas secas,amarillentas,de los mesquites.(Esto sucedia en las calles de mi colonia,antes del pavimento)En fin,una ciudad con un fondo montañoso rematado por un cielo inmenso,sideral,de un azul intensísimo,que no he visto en otro lugar.